Para mí, Diego M. Pecharromán es un músico en el sentido holístico de la palabra, por formación y pasión, por lo que absorbe y lo que transmite.
Trabajador incansable como queda patente en la multitud de proyectos que promueve directamente o en los que colabora, a los que no sólo les aporta su honda sabiduría musical, sino su predisposición constante para labores no tan gratas de gestión e intendencia de los mismos, para los que siempre presenta su total disponibilidad.
Realmente tiene una de las cualidades más importantes para mí en un músico, la entrega total en cuerpo y alma a este noble arte, lo que hace que transmita esta pasión a sus alumnos/as. Definitivamente, Diego respira música.